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¡Traición a quemarropa! Cruz le puso precio a la vida de sus policías: 15 MDP por 700 chalecos antibalas “de mentiras”

Mientras en Juárez el crimen se organiza, los policías salen a jugarse la vida… con chalecos que no sirven, fuera de norma.
Así de claro. Así de criminal.
Cruz Pérez Cuéllar pagó 15.8 millones de pesos por 700 chalecos antibalas sin certificación, sin pruebas balísticas y muchos aún guardados, caducando en bodegas.
La Auditoría Superior de la Federación lo documentó:
Esta compra fue otra simulación. Otra estafa. Otra traición.
Chalecos sin pruebas, con mentiras y por caducar
El contrato con POWER HIT S.A. de C.V. incluía 700 chalecos y 90 cascos.
Pero más del 30% siguen sin usarse y ninguno fue probado balísticamente.
¿El detalle más insultante? Varios fueron fabricados meses después de la supuesta fecha de entrega.
O sea: Mintieron en las actas. Fabricaron después, fingiendo haber cumplido con la entrega.
Anticipos sin reglas y empresas “competidoras” que se transfieren dinero
Además, se entregó un anticipo del 40% —más de 6 millones— sin fechas ni plazos definidos, violando la ley de adquisiciones.
Y por si faltaba, la ASF detectó que POWER HIT y SAQUINSA, las empresas que “compitieron”, se transfirieron dinero entre sí tras ganar la licitación.
Simularon competencia para repartirse el botín.
¿Quién firmó?
Los de siempre:
- Cruz Pérez Cuéllar, presidente municipal
- Héctor Rafael Ortiz Orpinel, secretario del Ayuntamiento
- Dayira Raquel Fernández Martínez, tesorera
- Arturo Rivera Barreno, oficial mayor
- Ana Carmen Estrada, regidora de Hacienda
- José Luis Anaya, contralor
- Constancio Barrera, representante de POWER HIT
Todos sabían. Todos firmaron. Nadie ha dado la cara.
Chalecos falsificados. Seguridad simulada. Vidas en riesgo.
Juárez con más de mil homicidios al año y un 89% de impunidad, no puede darse el lujo de tener policías desprotegidos.
Pero Cruz les dio equipo inservible.
Y a la gente, pura propaganda.
No es un caso aislado. Es el patrón de siempre.
El fraude de los chalecos se suma al de las patrullas chatarra, las cámaras fantasma, y a todo un gobierno que hace negocio con la seguridad.
Juárez no está olvidada.
Está saqueada.
Con nombre, con firma, con número de contrato.